Partiendo de las tres premisas anteriores:
1. Tanto en la
vida de sueño como en la de vigilia, estás dormido.
2. Los sueños y
la realidad cotidiana son un fotograma móvil.
3. El movimiento
del fotograma puede ser controlado, aunque no sabes cómo hacerlo.
Antes de saber cómo mover el fotograma actual, debemos tomar
conciencia de cómo funciona nuestro habitual sistema de actuación. Nuestro
pensamiento normalmente tiene dos direcciones hacia donde se dirige, o pensamos
desde nuestro interior o pensamos según el exterior, a esto le llamaremos las
dos pantallas, y es precisamente este proceso el que hace que estemos dormidos.
Cuando estamos imbuidos por nuestra pantalla interior, la
atención externa pasa a un segundo plano y es posible que no nos demos cuenta
de qué es lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, posiblemente actuemos en
piloto automático, este el caso, por ejemplo al conducir, podemos estar haciéndolo
durante horas al tiempo que estamos en nuestro mundo de pensamientos; cuando
llegamos a nuestro destino, nos preguntamos cómo es que ya llegamos sin darnos
cuenta.
Por el contrario, cuando tu atención está ocupada por algo
externo, te olvidas de ti mismo y, de nuevo, actúas irreflexivamente.
Esto es lo que en este contexto llamaremos el estar dormido,
un estado de reflejo, en el que la atención está inmersa en la pantalla
exterior o en la interior. En ambas
situaciones, somos incapaces de controlarnos a nosotros mismos o a lo que le
está sucediendo.
En este sentido, dormir y soñar son lo mismo. ¿Existe un medio de estar
centrado? Si, lo hay.
Y eres muy capaz de hacerlo. Es muy fácil. Golpea alrededor
del área de tu nariz. ¿Dónde estabas ahora? ¿Estabas volando en tus sueños o
admirabas con los ojos abiertos una puesta de sol? ¿En qué estaba inmersa tu atención,
en qué pantalla? ¿Dónde estás ahora?
Encuentra un punto medio entre las dos pantallas. Desde este
punto, podrás observar tus pensamientos y lo que sucede a tu alrededor. Serás
capaz de ver la realidad que te rodea y a ti mismo dentro de esta realidad.
Nada te impide ver ambas pantallas al mismo tiempo.
Tú puedes hacerlo.
Estar inmersos en la
pantalla interna o en la externa, es lo que nos han enseñado,
dependiendo de las circunstancias de cada uno. Hay personas que se pierden en
su mundo interior, donde habitan casi siempre, nuestros deseos no realizados,
nuestros miedos, carencias, creencias limitantes etc.
Otros, siguiendo el patrón de los adultos que trataban de
hacer de ti, un chico educado, te decían: “mira aquí”, “escúchame”, “haz lo que
te digo”, etc. Y se te enseñó a enfocarte en tu pantalla exterior.
“Cuando algo no
funciona, caes en la desesperación y te sientes solo con tus pensamientos
infelices sobre lo pequeño, indefenso y desafortunado que eres. Te has
encadenado a la pantalla interior como el único refugio disponible.
Poco a poco, tu
atención se acostumbró a pegarse a una pantalla u otra sin descansar en el
centro. Eventualmente, dejaste de controlar tu atención por completo, por lo
que no te obedece; se trata de tu propio acuerdo y estás constantemente cayendo
en un estado de no-consciencia.
En este estado, eres
incapaz de tomar medidas efectivas. Puedes ser engañado, herido, asustado,
robado, incluso golpeado, y aun así, no puedes responder adecuadamente. Estás
constantemente luchando con complejos emocionales; dependes de circunstancias
externas y persigues la buena suerte.
¿Sabes quién persigue
la buena suerte? Los Perdedores. Eso es lo que son - perdedores - porque el nivel de su
efectividad en un estado no consciente, no es más de 5-10%.”
A partir de ahora, y para entender mejor los conceptos de
este libro, te propongo que tan a menudo como puedas, hagas lo siguiente: Da
unos pequeños golpecitos en el centro de tu frente, por encima de la nariz, al
tiempo que te preguntas a ti mismo ¿Dónde está mi atención?
Pronto te darás cuenta
que, o estás en la pantalla interior o en la exterior. Estar centrado no es
estar ni en la una ni en la otra, sino ser consciente de las dos al mismo
tiempo, no reaccionar en piloto
automático a ninguna de ellas y tomar conciencia de que ambas pueden ser
controladas.
Este punto por encima de tu nariz, es uno de los que se
utlizan en la técnica llamada E.F.T. Terapia de Liberación Emocional, que te
recomiendo encarecidamente. Mi experiencia con esta técnica ha sido una de las
que más me han ayudado precisamente a estar consciente y liberarme de la
opresión de alguna de las pantallas.
Aunque este no es un libro que trate de terapias, en momentos
puntuales, haré referencia a alguna de ellas y que hayan sido relevantes en mi proceso de aprendizaje y que estén en
la línea de este libro.
Por el momento, reflexiona sobre lo tratado hasta ahora, y
practica el nivel de tu atención. Es imprescindible que hagas esto, pues paso a
paso, a través de los siguientes capítulos, tu nivel de atención deberá estar
maximizado.
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